Marrakech, la joya del sur de Marruecos, es un destino fascinante que combina historia, cultura y una energía vibrante que atrapa a cualquiera que la visite. Durante mi viaje de tres semanas por Marruecos, pasé cinco días explorando esta increíble ciudad. Ahora, quiero compartir mi experiencia y recomendarte lo que considero imprescindible para disfrutar al máximo de Marrakech y sus alrededores. Si estás planeando tu viaje y te preguntas que ver en Marrakech, aquí tienes una lista de los 10 imprescindibles que no puedes perderte. Además, te digo como ir del aeropuerto al centro, excursiones qué hacer en un día desde Marrakech y consejos prácticos que debes tener en cuenta durante tu viaje.

La mezquita de Koutoubia, el símbolo de Marrakech

Llegar desde el Aeropuerto de Marrakech-Menara al centro de la ciudad es sencillo, ya que tienes varias opciones según tu presupuesto y preferencias:

Taxi: Los taxis son la forma más rápida y cómoda de llegar al centro. El trayecto dura unos 15-20 minutos y el precio oficial ronda los 150 dirhams durante el día y 200 dirhams por la noche. Asegúrate de negociar el precio antes de subir, ya que algunos conductores pueden intentar cobrar más.

Autobús 19: Esta es una opción económica que conecta el aeropuerto con la Plaza Jemaa el-Fna y otros puntos clave. El billete cuesta 30 dirhams solo ida o 50 dirhams ida y vuelta. Sale cada 30 minutos aproximadamente y funciona entre las 6:00 y las 23:30 horas.

Traslado privado: Si prefieres comodidad y tranquilidad, puedes reservar un traslado privado con antelación. Es una opción ideal si llegas tarde por la noche o si viajas con mucho equipaje. Reserva aquí tu traslado privado.

Con estas opciones, puedes elegir la que mejor se adapte a tu estilo de viaje para comenzar tu experiencia en Marrakech de la mejor manera.

La Plaza Jemaa el-Fnaa es el corazón y alma de Marrakech, y ningún viaje estaría completo sin visitarla. Prácticamente todos los tours comienzan o terminan aquí, y no es para menos: este lugar late al ritmo de la vida marroquí. Durante el día, puedes presenciar encantadores de serpientes, músicos tradicionales y cuentacuentos, aunque algunos pueden pedirte dinero incluso por una simple foto.

Al caer la noche, la plaza se transforma. El ambiente puede llegar a ser abrumador mientras que los puestos de comida se convierten en el principal atractivo. Mi recomendación es que si decides comer aquí pruebes el puesto nº14, que sinceramente, la calidad no es la mejor pero si que era el puesto más concurrido por su pescado y gambas. También puedes subir a una de las terrazas cercanas, como el Café Glacier o Café France, para disfrutar de una vista panorámica de la plaza.

Por último, remarcar las muchas estafas que se dan en esta plaza, especialmente con los precios inflados. Hay además algunas prácticas muy poco éticas sobre todo con animales. Te pido por favor que no contribuyas a este tipo de espectáculo.

Perderse en la medina de Marrakech es una de las mejores experiencias que puedes tener en la ciudad. Este laberinto de calles estrechas y vibrantes combina el bullicio del comercio, los aromas de las especias y los sonidos del regateo.

El Zoco, uno de los puntos más emblemáticos de la medina, es el centro del comercio en Marrakech. Aquí encontrarás todo tipo de productos: alfombras, especias, cerámica, joyas, ropa tradicional, lámparas de metal y mucho más. Además, cada zona del zoco está especializada en diferentes artículos, lo que hace que la experiencia sea aún más interesante y organizada.

Un consejo esencial es que el regateo es una parte fundamental de la experiencia de compra en Marrakech. No tengas miedo de negociar. Mi recomendación es que no deberías pagar más del 50% del precio inicial, siendo el 33% lo ideal.

Es importante tener en cuenta que la medina puede ser abrumadora, especialmente para los turistas. Las calles son caóticas y los vendedores pueden ser persistentes. Lleva un mapa o usa maps.me para no perderte. Si decides pedir ayuda a los locales, ten en cuenta que algunas se aprovechan de la situación y suelen cobrar comisión por llevarte a ciertos lugares.

Otra recomendación es que vayas preparado con efectivo en dirhams, ya que muchas tiendas no aceptan tarjetas.

Uno de los muchos puestos de artesanías en el Zoco

La Mezquita Koutoubia, uno de los emblemas más representativos que ver en Marrakech. Es famosa por su imponente minarete de 70 metros de altura y es visible desde casi cualquier rincón de la ciudad. Construida en el siglo XII bajo el reinado de la dinastía Almohade, la mezquita es un excelente ejemplo de la arquitectura islámica de la época y uno de los edificios más importantes de Marruecos.

Aunque los no musulmanes no tienen acceso al interior de la mezquita, la Plaza de la Koutoubia y los hermosos jardines que la rodean ofrecen una experiencia única. Pasear por estos jardines es una excelente oportunidad para admirar la monumentalidad de la estructura, las finas decoraciones del minarete y la belleza de la zona, que es un punto de encuentro popular tanto para locales como para turistas.

La mejor hora para visitarla es durante la mañana temprano o al final de la tarde es cuando el clima es más fresco, y la luz suave resalta la majestuosidad de la estructura. Además, en esas horas hay menos turistas, lo que te permitirá disfrutar de un ambiente más tranquilo.

El Palacio de la Bahía es una de las joyas de Marrakech. Con su diseño refinado y su inigualable decoración, es considerado un ejemplo sobresaliente de la arquitectura marroquí de la época.

El palacio está compuesto por una serie de patios, habitaciones y jardines decorados con detalles elaborados: mosaicos de azulejos de colores brillantes, maderas talladas, techos pintados con diseños geométricos y fachadas que muestran la destreza de los artesanos que trabajaron en su construcción. Los jardines también ofrecen una atmósfera tranquila y fresca, un lugar ideal para pasear y tomar algunas fotos.

El Palacio de la Bahía está abierto al público, y su acceso es bastante sencillo. Simplemente deberás abonar la entrada de 70 dirhams. Sin embargo, dado que es un lugar muy popular entre los turistas, te sugiero ir temprano en la mañana para evitar las multitudes y disfrutar con calma de los detalles de su arquitectura.

La Madrasa Ben Youssef es uno de mis lugares favoritos que ver en Marrakech. Fundada en el siglo XIV, esta antigua escuela coránica fue durante siglos el centro de estudios islámicos más grande y prestigioso de Marruecos. Hoy en día, la madrasa es una de las principales atracciones turísticas de la ciudad, conocida por su arquitectura sublime y la historia que alberga entre sus muros.

El edificio tiene un patio central rodeado por galerías de dos pisos donde encontramos las habitaciones de los estudiantes, que aunque modestas, son fascinantes por su simplicidad y detalles arquitectónicos como caligrafía árabe y azulejos de colores.

La entrada a la Madrasa Ben Youssef es bastante asequible, y es uno de los lugares más visitados en Marrakech, por lo que te recomiendo ir temprano para disfrutar de una experiencia más tranquila. Aunque el acceso al interior es libre, algunas áreas pueden estar algo concurridas durante las horas punta.

El impresionante interior de la Madrasa con su patio central

Las murallas de la Medina de Marrakech, que se extienden por más de 19 kilómetros, son una de las características más emblemáticas y representativas de la ciudad. Estas murallas fueron diseñadas no solo como una barrera de protección frente a los ataques, sino también como una declaración de poder y grandeza. Hoy en día separa su parte más antigua de los nuevos barrios y es otro de los lugares que ver en Marrakech.

Puedes recorrer una parte de las murallas a pie, lo que te permitirá admirar su arquitectura y colores rojizos por la arcilla y adobe. A lo largo de la ruta, descubrirás varias puertas históricas que servían como puntos de entrada y salida a la ciudad. Una de las puertas más destacadas es la Bab Agnaou, considerada una de las más bellas y mejor conservadas de Marrakech

Además de Bab Agnaou, hay otras puertas históricas como Bab el Khemis o Bab Doukkala, que también valen la pena ser visitadas.

Descubiertas en 1917, las Tumbas Saadíes son un testimonio de la dinastía saadí. Aunque el lugar fue ocultado durante siglos para protegerlo de los invasores, su redescubrimiento a principios del siglo XX permitió desvelar uno de los complejos funerarios más impresionantes de la ciudad.

Las tumbas se encuentran en una sala y están rodeadas por elegantes columnas de mármol y paredes decoradas con mosaicos de azulejos de diferentes colores.

La entrada a las Tumbas Saadíes tiene un precio de 70 dirhams, el sitio está abierto todos los días, generalmente de 9:00 a 16:00 y para llegar a pie camina hacia el sur desde el Zoco o en la Plaza Jemaa el-Fna cruzando la zona de la Kasbah. Las Tumbas Saadíes se encuentran a unos 10-15 minutos a pie de la plaza principal. Utiliza el Palacio El Badi como referencia, ya que las Tumbas Saadíes están justo al lado.

El Mellah o antiguo barrio judío es un lugar que muchos turistas pasan por alto. Por eso, lo incluyo entre los imprescindibles de  que ver en Marrakech.

Un paseo por sus calles no te llevará más de 15 minutos, pero te permitirá viajar en el tiempo y descubrir la huella de la comunidad judía que en su momento floreció aquí. Hoy, solo quedan unas 300 personas judías en Marrakech, pero aún se pueden ver algunos judíos con su vestimenta típica.

No te pierdas la Sinagoga Salat Alzama ni la Plaza de los Hojalateros, seguramente el lugsr con más vida del barrio. Ambos lugares son reflejo de la riqueza cultural del barrio.

Después de un día explorando Marrakech, nada mejor que relajarse en un hammam tradicional. Puedes optar por un hammam público para una experiencia local o un spa privado si buscas mayor lujo.

Hay opciones para todos los bolsillos: desde hammams públicos con entradas por tan solo 2€, hasta exclusivos spas para disfrutar de una experiencia más íntima. Por ejemplo, yo visité el Hammam Heritage Spa y pagué unos 40€.

Una de las experiencias más auténticas y memorables en Marrakech es alojarse en un riad, las tradicionales casas marroquíes con patios interiores convertidas en acogedores alojamientos. Estos espacios combinan la arquitectura local con la hospitalidad marroquí. Durante mi estancia, tuve la oportunidad de alojarme en el Riad 117 y el Riad RK, y la verdad que muy bien por el precio que pagué, unos 50€ la noche.

Ya sea que viajes con un presupuesto ajustado o busques un alojamiento de lujo, en Marrakech encontrarás riads para todos los gustos. Desde pequeños rincones familiares con encanto hasta verdaderos palacios con spa y piscinas. Además, muchos incluyen desayunos típicos marroquíes, como pan recién horneado, mermeladas caseras y té a la menta.

Este encantador pueblo costero, situado a unas 2 horas y media de Marrakech, es ideal para quienes buscan un respiro del bullicio de la ciudad. Sus calles llenas de arte y galerías, la medina tranquila y el aire fresco del Atlántico crean un ambiente relajado y único. A mí me encantó pasear por la fortaleza con vistas al Atlántico y comer en los puestos de marisco fresco que encontrarás en la lonja. Essaouira también es famosa por su ambiente bohemio y sus playas, perfectas para practicar kitesurf o simplemente relajarte.

A unas tres horas de Marrakech, las cascadas de Ouzoud son un verdadero paraíso natural y una de las excursiones favoritas de los viajeros. En mi día allí hice una pequeña caminata por los senderos que rodean las cascadas hasta llegar a la parte de abajo, dónde me di un chapuzón. También hay pequeños botes que te acercan al pie de la cascada para una experiencia inolvidable. En la zona, es común encontrarse con grupos de monos. Eso sí, ten cuidado con tus pertenencias, ya que son bastante traviesos.

Si eres amante de la aventura, desde Marrakech puedes organizar una excursión de dos días para subir al Monte Toubkal, la montaña más alta del norte de África, con 4.167 metros de altura. Yo llegué a subir hasta el refugio, aunque por un problema físico no pude coronar la cima. Como dicen, la próxima vez será. La caminata requiere una buena condición física.

Subiendo el Toukbal, la montaña más alta del norte de África

Aunque la mayoría de los tours al desierto de Marruecos requieren al menos dos o tres días, es posible realizar una excursión de un día para obtener una pequeña muestra de la vida en el desierto. El destino más popular para esta experiencia exprés es el desierto de Agafay, que está a solo una hora de Marrakech. Ahora, te soy sincero: para mí no vale la pena gastar dinero en esta experiencia exprés. Si puedes, planifica más días y ve hasta el desierto de Merzouga para disfrutar del auténtico Sahara.

Como ves, Marrakech es una ciudad vibrante, llena de historia, colores y sabores que no te dejarán indiferente. Sin embargo, para disfrutar al máximo de esta ciudad en 2025, es importante tener en cuenta ciertos consejos que pueden marcar la diferencia en tu experiencia de viaje. ¡Toma nota!

El clima de Marrakech puede ser extremo, así que elegir la fecha adecuada es crucial. Los mejores meses para visitar son marzo, abril, octubre y noviembre, cuando las temperaturas son más suaves. Evita los meses de verano (junio a agosto), ya que las temperaturas pueden superar los 40 °C.

El regateo es una parte esencial de la experiencia en los zocos de Marrakech. No tengas miedo de negociar. Yo como regla general ofrezco inicialmente una tercera parte del precio que me piden y voy ajustando máximo hasta la mitad.

Aunque Marrakech es en general segura para los turistas, como en cualquier ciudad turística, es importante estar atento a posibles estafas. Algunas comunes incluyen «falsos guías» que te ofrecen llevar a lugares y luego te cobran una tarifa, o vendedores que inflan los precios. Investiga bien antes de contratar cualquier servicio y confía en agencias reconocidas. Puedes leer mi artículo sobre seguridad en Marruecos aquí.

Moverse por Marrakech es sencillo si conoces tus opciones. Los taxis son populares, pero asegúrate de negociar el precio antes de subir, ya que muchos no usan taxímetro. Otra opción es caminar, especialmente dentro de la Medina. Si prefieres algo más organizado, considera contratar un tour guiado.

No dejes de probar platos típicos como el tajín, el cuscús, los dulces con miel y el famoso té a la menta. Eso sí, ten cuidado con los alimentos de los puestos callejeros si no estás acostumbrado a comer comida especiada o con un nivel de higiene dudoso.

Espero que esta guía te sea útil en tu próxima aventura! Si te ha gustado, no olvides compartirlo y dejarme un comentario con tus experiencias o preguntas sobre Marrakech. ¡Nos vemos en ruta!